domingo, 12 de agosto de 2012



Espléndida ceremonia de clausura de los
 XXX Juegos Olímpicos en Londres.
Símbolo del ave fénix admirando los pensamientos de participantes atletas y visitantes, diecisiete  días en tierra hermana, tecnología, organización y una gran meta: que los juegos olímpicos cumpliesen su misión,  naciones representando  con orgullos sus gentilicios, es una oportunidad a las fortalezas y a  las debilidades deportivas, para ir creciendo en las diversas disciplinas,  que brillaron con sentimiento y las  dimensiones de sus entrenamientos.
Despliegue de Revolución, en lo deportivo y  cultural de la grande y hermosa  Gran Bretaña, alzando las 204 banderas como estandarte de ímpetu, alegría, orgullo o identidad.
El epicentro fue Londres, patria, corazón de la hermosa Gran Bretaña, homenaje a los mártires, héroes patrimonios culturales, unidos a través del deporte,  más que un glamour fue visión del presente, pasado y futuro concretado en OBRA FECUNDA, HERENCIA Y NACIMIENTO: MÚSICA, ARTE, LITERATURA, MODA, TEATRO, BAILE, DANZA CLÁSICA Y RÍTMICA, DESDE LO EXCELSO HASTA LO POPULAR SE HIZO PRESENTE.
Desde imaginar que la vida hay que valorarla, vivirla, ser o no ser, en un día como éste,  nuevamente se tendrán las ilusiones de volver a brillar con el sentido de participar con 204 naciones, 10.500 atletas  olímpicos, 17 días de sana convivencia, de sueños, metas y logros.
Los juegos son una inspiración para los próximos talentos, generaciones que se comprometen a luchar  por los ideales, sueños que se convertirán en logros con  el apoyo de gobiernos responsables y un equipo de vanguardia que estén muy cerca, muy cerca para recibirlos.
La Bandera Olímpica flameó con la esperanza de volverse a ver en  la próxima edición Río de Janeiro (Brasil).  Alegría más que llanto, orgullo más que altivez, victoria más que derrota, paz más que competencia. ¡Besos y abrazos!. ¡Felicidad, éxitos!.